Abogados vs. Expertos en Gestión de Riesgo: ¿Quién debe liderar el diseño e implementación de Modelos de Prevención de Delitos según Ley 21.595?

Implementación Ley 21.595

La Ley 21.595 ha sacudido el panorama empresarial chileno, exigiendo la implementación de Modelos de Prevención de Delitos (MPD) robustos y efectivos. Ante esta necesidad, el mercado se ha llenado de proveedores, muchos de ellos estudios de abogados. Pero, ¿es esta la opción más acertada para tu empresa?

La prevención de delitos: un terreno que exige conocimiento especializado

Si bien los abogados son fundamentales en la defensa penal, la prevención de delitos es un campo que demanda un enfoque especializado en gestión de riesgos. Los expertos en esta área poseen las habilidades y el conocimiento necesarios para identificar, evaluar y mitigar los riesgos que pueden desencadenar delitos económicos y ambientales, protegiendo así a tu empresa.

Lamentablemente, tras la promulgación de la Ley 20.393, muchos estudios de abogados, carentes de la experticia necesaria en gestión de riesgos, inundaron el mercado con “modelos de papel”. Estos modelos, elaborados con un enfoque principalmente legalista, presentaban serias falencias técnicas en la identificación, evaluación y mitigación de riesgos, dejando a las empresas expuestas a potenciales delitos y sus graves consecuencias.

“Programas de compliance”: una visión miope de la prevención de delitos

Ofrecer “programas de compliance” como solución única revela una falta de comprensión de la complejidad de la prevención de delitos y es lo que ofrece la mayoría de estudios de abogados.

La razón principal es que un programa de compliance, por sí solo, tiende a ser visto como un conjunto de reglas y procedimientos impuestos desde arriba, a menudo percibidos como una carga burocrática más que como una herramienta útil para la gestión de riesgos.

Un MPD efectivo, en cambio, requiere una integración profunda en la cultura y las operaciones diarias de la organización. Debe ser parte del ADN de la empresa, influyendo en la toma de decisiones, los procesos, la comunicación y la forma en que los empleados interactúan entre sí y con terceros.

Al estar integrado en la gestión y las operaciones, el MPD se convierte en un sistema vivo y dinámico, capaz de adaptarse a los cambios del entorno y a los nuevos riesgos que puedan surgir. Además, fomenta una cultura de cumplimiento y ética en toda la organización, lo que reduce significativamente la probabilidad de que se cometan delitos.

Por lo tanto, la clave está en ir más allá del cumplimiento normativo y construir un MPD que sea parte integral de la forma en que la empresa opera y se relaciona con su entorno. Solo así se logrará una prevención efectiva de delitos y se protegerá el valor y la reputación de la organización a largo plazo.

La decisión clave: ¿a quién confiar la protección de tu empresa?

Aunque los abogados son cruciales en la defensa legal, la implementación de un MPD efectivo debe ser liderada por expertos en gestión de riesgos. Solo así podrás construir una cultura de cumplimiento sólida y evitar las graves consecuencias de los delitos económicos y ambientales, asegurando la continuidad y el éxito de tu empresa en Chile.

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